Una fiesta con mucha historia

Muy relacionadas con la tradición americana de Halloween, aunque bastante distantes, las tradiciones españolas del Día de Todos los Santos también tienen su sello gastronómico. Y es que ya sabemos que, celebremos lo que celebremos, en la mayoría de las ocasiones lo haremos en torno a una buena mesa. 

Como no podía ser de otra forma, nuestras costumbres para la noche de los difuntos y los santos no tienen nada que envidiarle a las típicas anglosajonas. Dulces típicos como huesos de santo, buñuelos de viento y panellets son de lo más habitual en los escaparates de las dulcerías durante estas fechas. Y, ¿por qué no en nuestras casas?

Según la zona que visitemos podemos encontrar numerosas tradiciones muy apetecibles. Así pues, se pueden degustar rosquillas de anís y patatas asadas en Salamanca, trozos de calabaza bañados en sirope de mosto de uva muy dulce en Alicante llamados “tallaets”, roscos borrachillos en Andalucía, “rosaris” en Mallorca hechos a base de caramelo y azúcar, pestiños y migas de niño en Castilla-La Mancha y así podríamos seguir con un largo etcétera de costumbres populares para este día que tan poco pasa de moda y que tanto compartimos culturalmente con otros países como Inglaterra, como ya sabemos, Francia o Italia.

Olores y sabores de siempre

Además de este tipo de tradiciones, también reinan en el Día de Todos los Santos las castañas y los boniatos asados, y las escenas de Don Juan Tenorio.

Los días de lluvia, el olor a tierra mojada, los paraguas, las tardes más cortas y los abrigos de nuevo apoderándose de los armarios son algunos de los matices que nos trae el entorno de esta festividad tan popular y que nosotros queremos acercarte con platos como nuestro Gran Ravioli de calabaza y queso Mozzarella, ideal para que sirvas en tu mesa en un día tan señalado aprovechando cómo desprende un agradable aroma y sabor al más puro otoño…

¿Te animas?