¿Por qué se recomienda una copa de vino con las comidas?

¿Cuántas veces hemos escuchado la recomendación de una copa de vino tinto al día para mejorar la salud cardiovascular? Seguramente no han sido pocas pero a veces dudamos de la veracidad de esta recomendación, especialmente si no hemos dejado bien definido el target al que va dirigido pues, no existe una misma recomendación para todos cuando de alimentación y salud se trata. 


¿Es bueno o no?

Aunque el vino tinto posee antioxidantes, sustancias beneficiosas para nuestro organismo, también es una importante fuente de potasio y posee graduación alcohólica. Una copa de vino aporta unas 100kcal pero la mayoría de ellas no son metabolizables, es decir, que nuestro organismo no puede utilizarlas como energía. Por lo tanto, ¿es recomendable?

La respuesta, como en casi todos los aspectos, es “depende”.

Si hablamos de personas sanas, con buena salud, actividad física y una rutina alimentaria equilibrada, una copa de vino puede aportarnos un extra de antioxidantes con la garantía de no perjudicar nuestra salud. Sin embargo, si hablamos de personas con un estado de salud no óptimo, con baja o nula actividad física y/o con una alimentación carente y deficiente, no podríamos establecer esta recomendación, pues una sola copa de vino perjudicaría aún más el estado de salud de dicha persona. 


Y si la tomo, ¿qué vino elijo?

Sin duda un buen vino tinto. Pese a poseer alcohol, también es fuente polifenoles. Los polifenoles son compuestos sintetizados por las plantas que pueden encontrarse en el vino actuando como antioxidantes. Por tanto, dado que tomaremos el vino en cantidades moderadas y vigilando sus efectos, la opción más recomendable sería elegir un buen vino, de calidad, cuerpo, olor y sabor auténtico. Ya que, como dijo Federico Fellini: “Un buen vino es como una buena película: dura un instante y te deja en la boca un sabor a gloria; es nuevo en cada sorbo y, como ocurre con las películas, nace y renace en cada saboreador.”