¿Por qué desayunar con nuestros padres puede ser positivo?

Siempre hemos escuchado que el desayuno es una de las comidas más importantes del día por su valor nutricional y por la necesidad de ingerir alimentos suficientes como para poder sobrellevar el día con fuerza. Sin embargo, siempre hablamos de la importancia de los alimentos en este momento del día…pero ¿y la compañía? Consideramos que es un elemento igual o más importante que el anterior. Si quieres conocer más te lo contamos en las siguientes líneas.

El desayuno, un momento muy importante para afianzar relaciones

Son muchos los padres que por falta de tiempo solo dedican apenas unos minutos a compartir con sus hijos el momento del desayuno. Sin embargo, este hábito es perjudicial para una correcta alimentación y para las relaciones familiares, dejamos escapar pequeños momentos que tienen una vital importancia.

 

Según expertos en alimentación desayunar con nuestros hijos no sólo nos asegura que esté llevando una alimentación sana y saludable, sino que también genera lazos de unión, complicidad y afectividad familiar. Todo esto para iniciar la jornada con lo que más nos debería de importar, el amor que le tenemos a nuestra familia, nuestros hijos, nuestros padres, etc.

 

Los beneficios del desayuno en familia

Según un artículopublicado en www.hacerfamilia.comexisten múltiples beneficios para nuestros hijos el hecho de desayunar en familia. A continuación os los contamos:

-      Un 24% más probable que consuman alimentos saludables

-      Un 20% menos probable que consuman alimentos no saludables

-      Un 35% menos probable que padezcan trastornos alimentarios

-      Un 12% menos probable que tengan sobrepeso

-      Desarrollo de las habilidades comunicativas de los niños

-      Se estrechan lazos familiares, incentivando la comunicación y la confianza entre los miembros del hogar

-      Se aprenden buenos modos en la mesa y otras fórmulas de cortesía

 

Asimismo, a estos beneficios le añadimos uno fundamental, la oportunidad de disfrutar de risas, caricias y un “buenos días”lleno de amor. Todos estos son valores que tenemos al alcance de nuestra mano en muchas ocasiones, por nuestro ritmo frenético, las dejamos perder y que debemos recuperar sea como sea.

 

Hay que aprovechar que el desayuno es el momento del día en que el menos tiempo se invierte en hacer la comida, por lo que es el momento perfecto para sentarte a la mesa y poder charlar con el resto de la familia. Si vemos que no da tiempo por nuestro trabajo, aconsejamos poner el despertador 20 minutos antes de lo habitual y poder disfrutar de este pequeño placer que nos da la vida. Un hábito que además nos ayudará a entrar en el trabajo o en el colegio de forma mucho más alegre y motivada.