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En la mayoría de los hogares hay un incipiente crecimiento de los hábitos saludables con respecto a la alimentación de cada uno de los miembros de la familia. Cada vez es mayor el número de personas que cuidan los alimentos que incorporan a su dieta para mantener una vida sana y saludable. ¿Influye en estos hábitos los horarios de las comidas, la variedad de las mismas o las personas con las que las compartes? La respuesta es afirmativa pero te contamos por qué.
El estilo de vida actual, en el cuál vamos muy acelerados, ha ido modificando determinados hábitos tan usuales y saludables como una deliciosa comida en familia. Muchos pediatras y nutricionistas aconsejan comer en familia, no solo elaborando la comida sino sentando a todos los miembros de la familia a la mesa. Según los profesionales, esta determinación mejora las habilidades comunicativas y sociales, potencia que los miembros se conozcan mejor, construyan confianza y aprendan a hablarse sin temor.
Compartir el desayuno, el almuerzo o la cena es un importante punto de encuentro, ya que es la oportunidad perfecta para compartir experiencias emocionales a la vez que nutritivas. La combinación perfecta para afrontar el día a día con más fuerza.
¿Por qué comer en familia? No tenemos una respuesta universal para esta pregunta pero sí tenemos una gran variedad de motivos para hacer que la unión familiar en estos puntos de encuentro diarios sea un aspecto fundamental en una vida sana y saludable.
Según un estudio publicado en Pediatrics, “realizar tres o más comidas a la semana en familia reduce en un 12% la probabilidad de que los niños tengan sobrepeso”. En esta caso, los más pequeños del hogar siguen unos patrones marcados por sus propios padres adquiriendo hábitos más saludables. Dicho estudio también concluyó que “aquellas familias que comen juntas 3 veces por semana notaron una bajada del 20% en la elección de alimentos para comer poco saludables.
El Programa AET (Eduación, Acción, Transformación) en Estado Unidos destacó la importancia de la relación entre las comidas familiares y el bienestar psicosocial de los adolescentes llegando a determinar que las comidas familiares fomentan y ayudan a una mejora en el rendimiento académico de éstos. De la misma forma destaca que los adolescentes que comen en familia tienen una mejor salud emocional.
Asimismo, destacamos que la Universidad Complutense de Madrid establece que las comidas familiares son importantísimas, debido a su repercusión en la salud, en la educación y sobre todo en el comportamiento de niños y adolescentes.
Por lo tanto, las comidas van mucho más allá de la ingestión de alimentos, pueden llegar a ser la ocasión perfecta para crear unos lazos de unión imposibles de romper.