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La intolerancia a la lactosa es una restricción alimenticia asociada a las personas que no consiguen digerir productos derivados de la leche por falta total o por producción insuficiente de la enzima lactasa, por lo que dicha intolerancia, según los expertos sanitarios, se presenta cuando el intestino delgado no produce suficiente cantidad de esta enzima y provoca malestar cuando se come o se bebe algo que contiene lactosa.
Muchas personas, la mayoría de ellas con este problema desde la niñez, tienen ciertas dificultades para digerirla y esto puede llevar a ocasionar, según los especialistas, cólicos o dolor abdominal, hinchazón o distensión en el abdomen, gases, náuseas o incluso diarrea. Estos síntomas pueden ir aumentando o variando según la cantidad de lactosa consumida y del grado de intolerancia de la persona en cuestión.
Según la Asociación de intolerantes a la lactosa de España, el único tratamiento para dicha intolerancia es el seguimiento de una dieta de reducción/exclusión de la misma, adaptada al nivel de tolerancia de cada individuo con mala digestión de la lactosa.
¡Tenemos la solución! En bofrost* pensamos en pequeños y mayores que quieren disfrutar de las tardes de verano con un refrescante helado y que, sin embargo, debido a esta dificultad, no pueden disfrutar del postre por excelencia en los días calurosos.
Por lo tanto, en nuestro catálogo tenemos nuestra categoría free en la que podrán encontrar, entre muchos otros productos, helados sin lactosa. Esto hace que los más peques, y no tan peques de cada hogar puedan saborear el refrescante sabor del verano sin perder ni un ápice del placer habitual.
Cada vez es menos complicado encontrar productos adaptados a estas personas y en bofrost* queremos destacar nuestro afán de estar a la orden del día para satisfacer las necesidades de cada uno de nuestros clientes y hacerles sentir una verdadera explosión de sabores en cada uno de los bocados de nuestros deliciosos productos y helados adaptados exclusivamente a ellos.