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El pollo es uno de los ingredientes más versátiles en la cocina, conocido por su sabor suave y su capacidad de absorber los sabores de cualquier especia o condimento. Es un alimento básico en muchas culturas alrededor del mundo, y por buenas razones. Además, existen numerosas formas de hacer pollo que hacen imposible aburrirse a la hora de servir este tipo de carne en las comidas. ¿Quieres conocer todas nuestras formas de preparar pollo favoritas? Aquí te las traemos todas así que ¡no dejes de leer!
Como parte de una dieta mediterránea completa, el pollo es una excelente fuente de proteínas de alta calidad y además es bajo en grasas. Es por esto por lo que es habitual ver este alimento incluido también en las dietas de personas que buscan desarrollar masa muscular y evitar el aumento de grasa.
Pero, además, el pollo contiene vitaminas del complejo B, como la niacina (B3) y la piridoxina (B6), esenciales para el metabolismo energético y la salud del sistema nervioso. También es rico en minerales como el fósforo y el selenio, que juegan roles cruciales en la salud ósea y la función inmunológica.
Consumir pollo regularmente puede contribuir a una dieta equilibrada y saludable, ayudando a mantener los niveles de energía y apoyar el funcionamiento general del cuerpo. Sin embargo, la clave está en la preparación. Dependiendo de cómo se cocine, el pollo puede ser un plato saludable o convertirse en una comida bastante decadente.
A continuación vamos a explicarte todas nuestras formas de preparar pollo preferidas para que puedas disfrutar de toda la variedad que ofrece, y
Se trata de una de las preparaciones más clásicas y apreciadas. Es una técnica que resalta el sabor natural del pollo, permitiendo que se cocine uniformemente mientras se mantiene jugoso por dentro y crujiente por fuera.
Para hacer un buen pollo asado, es importante sazonarlo bien. Una mezcla clásica de sal, pimienta, ajo y hierbas como romero o tomillo suele ser suficiente para realzar su sabor. Precalienta el horno a unos 180°C (350°F) y asa el pollo durante aproximadamente una hora y media, dependiendo del tamaño. Asegúrate de rociar el pollo con sus propios jugos durante la cocción para mantenerlo húmedo y lleno de sabor.
Si quieres disfrutar de esta forma de preparar el pollo pero no tienes demasiado tiempo, en bofrost* puedes encontrar nuestras tiras de pollo asado con verduras súper fáciles de preparar y deliciosas.
Los estofados pueden hacerse con una gran variedad de carnes, pero la facilidad con la que el pollo absorbe los sabores de otros ingredientes, hace de esta una de las formas de cocinar pollo más deliciosas. Si quieres preparar un plato muy reconfortante para días fríos, esta técnica es ideal.
Para estofar pollo, primero se suele dorar en una sartén con un poco de aceite, lo que ayuda a sellar los jugos. Luego, se cocina a fuego lento en una olla junto con vegetales, hierbas y algún tipo de líquido como caldo, vino o tomate. El resultado es un pollo tierno que prácticamente se deshace en la boca, impregnado de los sabores del guiso. Los estofados son versátiles y se pueden adaptar fácilmente a los ingredientes que tengas a mano, lo que lo convierte en una opción práctica y deliciosa.
Esta es una opción excelente para quienes buscan una preparación ligera y saludable. Este método consiste en cocinar el pollo a fuego lento en agua o caldo sin llevarlo a ebullición, lo que permite que la carne mantenga su textura suave y su sabor delicado.
Para preparar pollo escalfado, coloca las pechugas de pollo en una cacerola grande y cúbrelas con agua o caldo. Añade hierbas, especias, y algún vegetal si lo deseas, y calienta a fuego lento hasta que el pollo esté completamente cocido, lo que debería tomar unos 15-20 minutos. El pollo escalfado es perfecto para ensaladas, sándwiches o como base para sopas. Al ser tan suave, también es una excelente opción para niños o personas con dietas blandas.
El pollo frito es quizás una de las formas más indulgentes de disfrutar este alimento. Aunque no es la opción más saludable, su crujiente exterior y jugoso interior lo hacen irresistiblemente delicioso.
La clave para un buen pollo frito es la cobertura. Primero, se sumerge el pollo en una mezcla de huevo y leche o suero de leche, luego se reboza en una mezcla de harina o pan rallado sazonado con sal, pimienta y otras especias al gusto. Finalmente, se fríe en abundante aceite caliente hasta que esté dorado y crujiente. El resultado es esa mezcla de texturas crujientes y jugosas que caracteriza a esta forma de hacer pollo.
En bofrost* puedes encontrar varias opciones de pollo frito para todos los gustos, desde nuestro Chicken Zoo pensado para los más peques hasta nuestros Nuggets de pollo (sin gluten y sin lactosa), pasando por unas deliciosas tiras de pollo crujientes. Son opciones muy sabrosas y fáciles de preparar que te ahorrarán el paso de empanar el pollo.
Si buscas una opción rápida y versátil, esta es ideal para una comida entre semana cuando se tiene poco tiempo. Este método de cocción implica cocinar pequeñas piezas de pollo a fuego alto en una sartén con una pequeña cantidad de aceite.
El truco para un buen salteado es cortar el pollo en trozos uniformes para asegurar una cocción pareja. Puedes agregar una variedad de vegetales, como pimientos, cebollas, brócoli o zanahorias, y saltear todo junto con algunas salsas o condimentos, como salsa de soja, ajo, jengibre, o incluso un toque de miel para un sabor agridulce. El resultado es un plato colorido, lleno de sabor y listo en pocos minutos.
También puedes utilizar esta forma de hacer pollo como preparación para otros platos más complejos como unos rollitos de primavera o un arroz salvaje con pollo. Por suerte, en bofrost* puedes hacerte con estos platos ya preparados, si el tiempo para cocinar escasea.
Es otra de las formas más populares de preparar este alimento, especialmente en reuniones al aire libre. La parrilla le da al pollo un sabor ahumado distintivo que es difícil de replicar con otros métodos de cocción.
Para obtener el mejor pollo a la parrilla, es importante marinar la carne previamente. Una marinada simple de aceite de oliva, jugo de limón, ajo y hierbas como el orégano o el tomillo puede hacer maravillas. Luego, cocina el pollo a fuego medio en la parrilla, dándole la vuelta ocasionalmente hasta que esté completamente cocido. Asegúrate de no cocinarlo en exceso, ya que esto puede hacer que la carne quede seca. Puedes hacer pechugas, filetes, o nuestros pinchos de pollo y hamburguesas crujientes de pollo o los filetitos de pollo asados que puedes calentar en la sartén, al horno o incluso en la barbacoa.
Con tantas formas de preparar el pollo, es imposible aburrirse de este alimento tan versátil. La variedad de técnicas de cocción permite disfrutar del pollo de manera saludable y deliciosa, adaptando cada plato a tus preferencias y necesidades. ¡Anímate a probar todas estas preparaciones y descubre nuevas formas de disfrutar de este clásico en tu cocina!