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Durante los largos e intensos días de calor del verano deseamos llevar una alimentación sana, refrescante, ligera y saludable. Sin embargo, en muchas ocasiones no sabemos qué debemos hacer y qué no para que esta alimentación satisfaga nuestras necesidades alimenticias y a la vez nos aporte los valores nutricionales necesarios para nuestro día a día.
Según la Sociedad Española de Dietética y Ciencias de la Alimentación’ (SEDCA) tenemos que tener en cuenta ciertos hábitos de consumo e incluir determinados alimentos de forma obligatoria en nuestra alimentación para mantener una vida sana y saludable. Algunos a los que hace referencia son los siguientes:
1- Tomar verduras y hortalizas al menos una vez al día es fundamental ya que estos nos aportan agua, fibra, hidratos de carbono, vitaminas, minerales y antioxidantes.
2- Los alimentos de color son muy importantes para nuestra alimentación en verano, ya que los de color rojo, amarillo o naranja son ricos en betacarotenos y otros antioxidantes, como por ejemplo las zanahorias, la calabaza, el pimiento rojo, espinacas… una explosión de color que llena de vitaminas nuestra vida.
3- La mejor opción es optar por pan integral ya que aporta más fibra, vitaminas y minerales que el pan blanco.
4- El pescado, un imprescindible para nuestro día a día. Es un alimento fundamental ya que es rico en proteínas, fósforo y yodo.
5- Preservar la cadena de frío es fundamental durante todo el año pero sobre todo en días de calor, para que el alimento en cuestión no pierda sus propiedades y pueda ser consumido en perfecto estado.
6- Consumir helados como una alternativa refrescante a los postres más tradicionales, aparte de ser una buena fuente de calcio son ideales para satisfacer las necesidades de los más golosos. Sin embargo, no se debe abusar de su consumo.
El verano es una buena época para realizar cambios. El organismo en verano no necesita trabajar tanto, por lo que consume muchas menos calorías. De ahí que la alimentación debe cambiar y adaptarse a los intensos días de calor. Asimismo, el número de comidas al día también se puede ver alterado e incluso se suprimen algunas, por ejemplo se trasnocha más, por lo que no se madruga y por lo tanto no se desayuna.
Por lo tanto, aunque tengamos mucho más tiempo libre y/o pasemos muchas más horas en la calle debemos adquirir igualmente una rutina para favorecer una dieta sana y equilibrada. Según recomiendan expertos sanitarios, deben realizarse al menos cuatro comidas al día, no picar entre horas e hidratarse en todo momento.
Según dichos expertos, una dieta perfecta para la época estival debe contener todos los grupos de la pirámide de la alimentación como grasas, hidratos de carbono y proteínas pero con las proporciones adecuadas, reduciendo los más perjudiciales y sustituyéndolos por otros mucho más saludables.
No deben faltar nunca la fruta y como mejor refresco el agua, de esta forma el calor será mucho más llevadero, a la vez de mantenemos una dieta rica, sana y saludable.