No tiene productos en su carrito
La alimentación y la constante pregunta “¿qué comer?” nos persigue estación tras estación, año tras año, pero, ¿por qué nos preocupa especialmente durante el verano?
Queremos cuidarnos, estar sanos y lucir bien al sol, por lo que sigue leyendo, que te contamos cómo sacarle el máximo partido a tu dieta veraniega.
Las verduras y hortalizas deben formar parte de nuestro menú diario 2 veces al día, y las frutas 3. Estos alimentos, ricos en agua, fibra, vitaminas y minerales han de ser la base de nuestra alimentación durante el verano por sus propiedades nutricionales.
Las preparaciones han de ser frías, crudas o cocinadas, debido a que una temperatura más baja nos ayudará a combatir mejor el calor, por lo que es preferible aparcar los guisos, asados y sopas calientes hasta que la climatología nos devuelva al otoño.
La elección de pescados, mariscos y moluscos en detrimento de la carne también es un clásico en verano, pero con fundamento porque, ¿sabías que 100g de pescado contienen un 20% más de agua que 100g de ternera?
Además, hemos de tener cuidado con las digestiones pesadas de platos grasos y el alcohol, ya que, dadas las altas temperaturas y las frecuentes olas de calor estivales, la digestión de estas se puede ver alterada conduciéndonos a estados de sopor, así como a un posible malestar durante la propia digestión.
Uno de los consejos más importantes de cara al verano es la hidratación. Mantenerse hidratados es una de las mejores barreras veraniegas frente a la deshidratación. Las altas temperaturas, la playa, la montaña, las comilonas con amigos y familia, y todo lo que rodea a la época estival supone un aumento de la necesidad de agua, por lo que el primer requisito es beber mucha agua para combatir las altas temperaturas.
Además de todo ello, helados, sorbetes y zumos naturales nos ayudarán a saciar nuestros momentos más dulces cuidándonos a la vez que refrescándonos, ¡no los olvides en tu dieta!