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Los pequeños son la alegría de la casa pero a menudo sufrimos al verlos enfermar. El contacto con otros niños en la escuela y el frío invierno es capaz de plantarle cara a sus defensas y hacer que contraigan numerosas afecciones. Alimentarles correctamente puede ser una herramienta para ayudarles, ¿quieres saber cómo?
Existe cierta variabilidad en las necesidades energéticas del niño durante todo el periodo de la infancia, dependiendo de su peso, altura y edad principalmente así como de la actividad física que realiza. Aun así, un niño en edad preescolar requiere casi el doble de energía que un adulto según la UNED.
Los hidratos de carbono, al igual que en el adulto, deben representar un 55% del valor calórico total de la dieta. Las proteínas deben ser aportadas en un rango de 0,95-1,1g/ kg de peso/ día suponiendo un 15% de la dieta. Y las grasas deben aportar aproximadamente un 30% priorizando el aporte de ácidos grasos insaturados, beneficiosos para su salud, crecimiento y desarrollo.
Vitaminas y minerales son necesarios en una proporción diferente según la edad, pero es fundamental saber que el consumo de frutas y verduras a diario mantendrá a nuestros hijos correctamente nutridos en cuanto a este aporte se refiere.
Para evitar caer en alimentos llenos de calorías vacías que entorpezcan la alimentación de los niños es recomendable cocinar con ellos recetas divertidas, sanas y fáciles, ya que no les resultará atractivo pasar mucho tiempo preparando un solo plato.
Ideas como bizcochos caseros con fruta, helados caseros a partir de yogur, ensaladas coloridas o preparaciones al horno sacarán el chef que cada uno lleva dentro y les familiarizará con la alimentación saludable.
¡Anímate a cocinar con tus pequeños, verás qué divertido!