Mitos del helado

Mito 1 - ¡Atención!: congelación del cerebro en marcha.

¿Qué ha sido eso? Un dolor punzante detrás de la frente después de un bocado demasiado grande. La mayoría de nosotros hemos conocido esta incómoda sensación desde muy pequeños. La respuesta más escuchada: el cerebro entra en estado de congelación. ¿Se nos congela el cerebro?

 

La respuesta es simple: no, al menos no en el sentido literal. El cerebro no corre el riesgo de congelarse por comer helados. Los médicos no llaman al fenómeno una congelación del cerebro, sino simplemente un dolor de cabeza frío. Su explicación: los nervios sensibles en el paladar registran frío y el cerebro contrae sus vasos sanguíneos para protegerse de éste. Es incómodo pero inofensivo. Por lo tanto, el consejo médicamente correcto es: toma helados y disfrútalos con calma para que no se enfríen demasiado en la boca. Así podrás deleitarte durante más tiempo 😉.

Mito 2 - El helado es una bola

La forma natural del helado es una bola. ¿O no?

¡Claro que no! Solo tenemos que mirar al país vecino, el rey de esta delicia para averiguarlo. En Italia, la tierra por excelencia del helado, las bolas como tal son completamente desconocidas. Aquí no se usa una cuchara redonda, sino una espátula con la que se esparce el helado de vainilla, de chocolate o de lo que elijas sobre el gofre o en la tarrina.

Mito 3: ¡sabe mejor donde hace calor!

No hay nada mejor que un helado de chocolate fresquito en un caluroso día de verano. Entonces… ¿se come más en el sur que en el norte? ¡Para nada! Los países que están más al sur, como Italia, España o Portugal no lideran las estadísticas en comerlos.

 

En Europa, el ranking sería: Estonia (12,5 kg/persona), Bélgica (11,5 kg/persona) y Lituania (8,8 kg/persona). Como comparativa: en Italia solo se consumen 8,4 kg por persona al año. Esta es la prueba definitiva de que el helado sabe bien con cualquier temperatura, ¡sea en el hemisferio norte o sur!

Mito 4 - helado + agua = dolor de estómago

Otro de los mitos que conocemos de nuestra infancia: después de comer helado, no debes beber agua, ¡especialmente agua fría con gas! De lo contrario, los dolores de estómago serán inevitables.

 

Podríamos decir que no es cierto: los expertos confirman que el helado y el agua son completamente inofensivos juntos. Este rumor probablemente se origina en una época en que el agua potable no era de tan excelente calidad como la es hoy. Por lo tanto, la norma era que los alimentos congelados y el agua congestionan el sistema digestivo. Hoy, por supuesto, el agua potable es uno de los alimentos más seguros y que más controlados están. Y el helado tampoco es un problema para la digestión, ya que se derrite en la boca y rápidamente se adapta a la temperatura corporal cuando llega al estómago.

Mito 5 - ¿El postre más refrescante del mundo?

Además de muchas medias verdades y mitos, afortunadamente podemos al menos confirmar uno de ellos. Siempre está, en niños y adultos: los helados y los sorbetes con fruta seguirán siendo uno de los postres más refrescantes del mundo. ¿Quieres confirmar este mito tú mism@? Entonces, echa un vistazo más de cerca a nuestros compañeros del verano 😉

 

¡Diviértete mientras los saboreas!